Me puse un delantal con volantes blancos, bueno más bien me
obligaron, y menos mal que lo hicieron porque me llene de harina y aceite.
Creía que se me daba mal la cocina, pero si tengo una profesora que me dice lo
que tengo que hacer paso a paso hasta me puede salir algo medianamente
presentable. Cuando ya teníamos la masa hecha Ciara sacó de una bolsa un montón
de sobres.
-Anda, ¿y eso que es?
-Esto amiga mía, es lo mejor del mundo, son extractos de
frutas concentrados y es lo que le da ese toque que te dan ganas de morirte de
gusto.
-¿Y donde compras esto?- dije mientras cogía uno de los sobres
y lo giraba para ver el dorso
-Los he encargado por Internet, vienen desde Suecia así que
cuidadito con ellos que son muy valiosos
-Vale, ¿y cual le echamos?
-Pues al gusto, yo le voy a echar uno de melocotón, vosotros
mirad a ver cual os resulta más apetecible
Mientra Amanda y yo estábamos eligiendo sabor alguien llegó
a la cocina
-Em, Amanda, la de Surf quiere hablar contigo
-¿Pasa algo?- intervino Ciara
-¡Ah! Contigo también, y no, no es importante
Ambas se miraron y se quitaron los delantales, fueron a
salir por la puerta como si nada pero las paré
-¡Eh! ¿Y qué hago yo ahora?
-Pues… cuando elijas el sabor métela en el horno unos 10 o
15 minutos, aunque no creo que tardemos tanto. ¡No quemes nada!- la voz de
Ciara fue desapareciendo por el pasillo conforme Amanda tiraba de ella, tiene
esa extraña manía.
-Vale… si lo hago os echaré la culpa a vosotras
Estaba indeciso entre kiwi, fresa y plátano pero algo llamo
mi intención. Había un paquete sin abrir con cinco sobres de cereza y pensé que
estaría bien hacerlas de algo que no hubiese probado mi profe.
Pues eso, que las metí en el horno y a los cinco minutos
llegaron las dos.
-¡Uh! Pero si no has destrozado nada, bravo Óliver- dijo
Amanda cuando entraba por la puerta
-Es que no me habéis dado tiempo, ¿para qué os han llamado?
-Pues para lo de la competición de surf, le hemos dicho que
me estas ayudando tu y dice que no importa, pero que si gano le cuenta a Amanda
-Bueno pues entonces no ganes- lo decía medio en broma medio
de verdad, pero bueno eso no es importante
Seguimos con lo nuestro, Amanda escogió un sobre de fresa,
Ciara nos contó que desde pequeña le gusta la repostería y yo me senté encima
de las cáscaras de los huevos. En ese momento agradecí llevar el delantal. Me
llevé una sorpresa cuando vi que las magdalenas salieron ligeramente coloreadas
de rojo, menos las de Ciara que eran mas bien amarillentas.
-Vaya, parece que las habéis hecho de lo mismo
-Cierto, pero no, las mías son…
-¡No, no, no! Dejadme adivinar-me interrumpió Ciara
-¡Primero las mías! Que están calentitas
Las mordimos los tres a la vez, y vaya explosión de sabor.
-No hay duda, esto es fresa- y le dio otro mordisco, que más
bien se la comió entera
-¡Dios! ¿Cómo te puede caber entera?- me quedé sorprendido
-afufaufnalif- tenía la boca llena
-Vale bonica, trágate eso y luego habla- cuando Amanda dijo
eso me di cuenta de que tenía ganas de hacerlo yo también
-Me da la sensación, de que lo quieres hacer tu también, ¿no
es verdad?- me miró con los ojos de par en par y se echó a reir
-Y tu, que te crees que no te conozco
-Vale- consiguió articular Ciara- hagámoslo con las tuyas
Y eso hicimos. Al principio no podía ni masticarla pero la
cosa se torció cuando Ciara empezó a toser. Nos dio tanta risa que empezamos a
reirnos y atragantarnos, así que allí estábamos todos tosiendo. Conseguí
respirar y tragarme la magdalena mientras Amanda no paraba de reirse y Ciara de
toser. Empecé a preocuparme cuando se empezó a poner morada
-Oye, ¿estás bien?
-¡¿Es de cereza?!- dijo sollozando
-Si, pero tu pareces una mora- eso le provocó otro ataque de
risa a Amanda
-¡¡¡¡¡Soy súper alérgica a la cereza!!!!!
Amanda y yo nos miramos
-Ciara, escúchame, no pasa nada, tu respira. Amanda ve a
avisar a alguien
-gadejdui- dijo muy bajito mientras se arrodillaba en el
suelo
-¿Qué? ¿Puedes repetirlo?- me agaché con ella
-No puedo… respirar
Se le estaban hinchando los ganglios. No sabía que hacer. Se
me estaba yendo, y por mi culpa, no había abierto el paquete de cereza porque
es alérgica. ¡Como no se me pasó por la cabeza! Recuerdo que empecé a marearme
y me morí. Genial, ella muriéndose y yo voy y me muero encima.
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